La mayoría de los vehículos actuales incorporan sistemas de detección de velocidad para aumentar la seguridad de los ocupantes. El sensor ABS, dependiendo del diseño, puede estar o no integrado en el rodamiento. Existen dos tipos de sensores: pasivos, que emiten señales a una velocidad específica, y activos, que envían señales de forma continua.
Mejoran la seguridad al detectar rápidamente la velocidad de las ruedas.
Ayudan a prevenir el bloqueo de ruedas durante frenadas bruscas.
Ofrecen un control más preciso en sistemas de frenado antibloqueo (ABS).
Contribuyen a una mayor estabilidad del vehículo, especialmente en condiciones resbaladizas.
Incrementan la eficiencia del sistema de control de tracción al proporcionar datos constantes.
Integración con el rodamiento: Los rodamientos con sensor ABS integran el sensor directamente, reduciendo componentes adicionales.
Precisión en la medición: Miden la velocidad de las ruedas con exactitud, mejorando el control del sistema de frenos.
Durabilidad mejorada: Son resistentes a altas temperaturas y vibraciones, garantizando una larga vida útil.
Tecnología avanzada de señal: Ofrecen sensores pasivos o activos, adaptándose a distintos sistemas de control de frenado.
Fácil mantenimiento: Requieren menos mantenimiento al estar integrados, reduciendo fallos en los frenos.
Compatibilidad con sistemas de seguridad: Se comunican eficazmente con otros sistemas de seguridad del vehículo, como control de estabilidad y tracción.
Sistema de Frenos Antibloqueo (ABS)
El sistema ABS se basa en sensores de velocidad de rueda para monitorear la rotación de cada rueda y evitar que se bloqueen durante el frenado.